Piedras Naturales y Áridos

Las piedras representan lo estereotómico de la Arquitectura habiéndose empleado como material elaborado en forma de sillar hasta sin tratamiento previo en forma de ripios. Hoy en día se tiende a emplearlas en reducido espesor y grandes superficies reforzándolas, en ocasiones, con productos conglomerados.

Conocemos por piedras naturales a las rocas, que después de un proceso de elaboración, mantienen su composición, textura, características físico-químicas y mecánicas. Como consecuencia del ciclo petrogenético identificamos tres grandes grupos: ígneas, sedimentarias y metamórficas.

Las primeras son aquéllas que proceden del magma enfriado dando lugar, en función de su composición y de su velocidad de enfriamiento a dos subtipos de rocas: las que se enfrían en el interior de la corteza terrestre con un enfriamiento lento (intrusivas) y las que son expulsadas al exterior con un enfriamiento generalmente más rápido y con inclusión de gases (extrusivas). Es por ello que las extrusivas sean las más variadas incluso con una misma composición. A modo de ejemplo, dentro del primer subgrupo se encuentran los granitos mientras que al segundo pertenecerían los basaltos. Los basaltos al ser extrusivos poseen variaciones de densidad dependiendo de la velocidad de enfriamiento y de la violencia de la erupción. Esto conlleva que tengamos unos de estructura muy compacta con densidades de hasta 2,8 g/cm3 mientras que otros presenten estructura cavernosa y densidades muy bajas como el picón o lapilli.

Las rocas de origen sedimentario son aquéllas que proceden de la meteorización, deterioro y transporte y depósito de rocas ígneas y metamórficas, dando lugar a dos subgrupos: las clásticas o detríticas y las químicas. Las primeras son aquéllas que proceden de rocas preexistentes fragmentadas, transportadas y depositadas por agentes físicos caracterizándose por la presencia de clastos aglutinados por una matriz y un cemento. En este grupo se encuentran, por ejemplo, las piedras areniscas o las margas. Por su parte, las químicas proceden de la precipitación de soluciones sobresaturadas, cristalizadas por evaporación o por saturación, encontrándose en este grupo el aljez (materia prima de los yesos) y las calizas (materia prima de las cales y los cementos), entre otros.

Finalmente, las rocas metamórficas proceden de las rocas ígneas o sedimentarias cuando son sometidas a la acción de fuerzas geológicas con condiciones de presión y calor. Dichas condiciones determinan las propiedades que presentan, esto es, intermedias entre las rocas sedimentarias y las ígneas. A modo de ejemplo, a partir de las rocas magmáticas se obtienen el gneis y la serpentina, mientras que a partir de las sedimentarias se encuentran la pizarra, la cuarcita y el mármol.

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